Huevos y crías de rayadores y otras aves en un banco de arena en el río Uruguay. Un lugar a salvo de la mayoría de los predadores y alejado de la vista de los dañinos seres humanos.
Aunque, por el tamaño, parecen ser de otra especie, unos ¿teritos? hacían todo lo posible por distraer mi atención de los huevos y los pichones. Algunos se posaban sin apoyar las patas y corrían arrastrando las alas simulando estar lastimados para que el predador en cuestión crea tener una presa fácil y deje los huevos. Mientras tanto, las crías se quedan pegadas al piso, permitiendo observarlos muy de cerca, como pueden ver en este post.
Fotos de Adrián Cabrera publicadas bajo
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